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La Asociación de Hosteleros de Cieza llama a vivir con "intensidad" las fiestas patronales pese a que serán diferentes

Cieza.es | 16 de agosto de 2021 a las 12:33

Una exaltación de las raíces de Cieza, del buen hacer de sus gentes y de la pervivencia de ritos y tradiciones. Como una invocación esencial de identidad, cultura y territorio emocional, esta descripción del pregón de la Feria y Fiestas de San Bartolomé 2021, a cargo de la Asociación de Hosteleros de Cieza, puede servir para definir las fiestas patronales incluso en tiempos de pandemia. La Plaza Mayor acogió este domingo el abrazo fraternal entre hosteleros y espectadores en torno a un bar para compartir la ceremonia de un servicio de mesa, algo fundamental en este gremio. Diversas escenas y alocuciones sirvieron de hilo conductor a este pregón donde el público se identificó con las ocupaciones que dan sentido a los hosteleros. Su presidente, Joaquín Ramos, situó esta metafórica escenificación en la necesidad de recordar que la hostelería es una característica intrínseca de la vida de los ciezanos.

Lo reflejó fielmente el video promocional que fue emitido al inicio: "Como el sol que cada tarde acaricia con dulzura las campanas de la torre, hay lugares que por mucho que la pandemia se empeñe en restarles luz siempre brillan de manera especial. Y esos, esos son los bares. Ese bar que, con restricciones o sin ellas, con o sin abrazos prohibidos, siempre conquista al ciezano. Con su barra, su ambiente, sus 'olivicas' y sus butanos bien fríos; sus camareros, siempre amables y atentos, y, sobre todo, su cocina. Entre plazas angostas, rincones con encanto o espaciosas avenidas, Cieza ayuda a disfrutar de ese ir y venir de gente, de ese ver y ser visto mientras se conversa a pie de barra, acomodado en una terraza o en una de tantas ventanas de bar que dan a la acera". Sus dos minutos y medio de duración dejaron esa sensación celebratoria que supone la hostelería, de ese hechizo festivo que son los restaurantes, cafeterías, pastelerías y locales de copas.

El presidente de los hosteleros se sirvió de la profesión para volver sobre un tema al que ha dedicado gran parte de su vida laboral: la excelencia. Y es que contar con una amplia y variada oferta de locales de restauración convierte a este municipio en una referencia culinaria dentro y fuera de la Vega Alta. Son establecimientos donde el cariño de sus trabajadores hacen sentir a sus clientes como en casa. Toda su humanidad la traspasan a sus platos, a su manera de atender y servir a la gente. Hay que poner mucho amor en los fogones porque, de alguna manera, están trasmitiendo mucha pasión y un profundo conocimiento de la profesión. Sus artífices, que sienten devoción por cocinar, se inspiran en su propia memoria gustativa. Y es que han sido capaces de memorizar esos sabores de antaño. Y su empeño es comunicar esa memoria, transformada a través de una nueva mirada y un nuevo sentido de la cocina.

Mari Carmen Pérez tomó la palabra para convertirse en "la voz de los 90 establecimientos de Cieza" y desarrollar un texto que giró en torno al verbo feriar. Ella había comenzado su alocución describiendo a un sector atribulado y, aún peor, desesperanzado, por culpa de la pandemia, pero que supo estar unido y reclamar sus derechos. En la memoria de todos ellos permanecerá la concentración diaria iniciada el pasado 5 de febrero ante la falta de ayudas al sector con motivo del cierre forzoso. Sin volver la cara a la realidad, ni rendirse ante ella, por dura y amarga que sea. Al revés, convirtiendo los apoyos en energía positiva para superar esa realidad adversa. "Tú, San Bartolomé, has sido testigo de nuestras oraciones", dijo al tiempo que un camarero colocaba el cartel reivindicativo 'No somos culpables, somos responsables'. También hizo un guiño de complicidad a las generaciones de profesionales de la hostelería que precedieron a la suya.

Dio gusto ver cómo Ramos, en nombre de todo un colectivo, se sentía muy honrado y profundamente emocionado por este nombramiento, inspirado en los principios y valores de la Hermandad de San Bartolomé, principios que, como los que sostuvo el presidente, pasan por el amor a la tierra, la defensa de las tradiciones y la contribución al fortalecimiento de este sector económico tan importante en Cieza. Ni el amor al trabajo bien hecho ni la defensa de la hostelería pueden ser concebibles sin ese valor fundamental que es la honestidad, pilar de todos los otros valores que enaltecen la condición humana. "Feriar es servir, y eso es lo que mejor sabemos hacer. Por ello, vivamos con intensidad la feria". Con admirable entusiasmo, los hosteleros obsequiaron a los asistentes con un quinto de cerveza. Y es que beberse una cerveza bien fresca es más que un acto social: es la expresión concreta de un carácter, de una forma de vida.

Proclamar la feria desde el atrio de la Asunción es una de las experiencias más impactantes que puede tener un ciezano. Quienes la han vivido dicen haber sentido un vínculo especial con la gran familia de la Hermandad de San Bartolomé que ha fortalecido su compromiso con la ciudad. El resultado de anoche fue una exaltación muy dinámica e imaginativa de las fiestas patronales, en cuya autenticidad reside su fuerte arraigo. Durante la intervención de la Asociación de Hosteleros de Cieza, que fue seguida por el alcalde Pascual Lucas, sus protagonistas fueron agasajados por el presidente de la Hermandad de San Bartolomé, Mariano Martínez. El pregón tuvo un hermoso preámbulo. Todo un año y medio ha tenido que esperar el público ciezano para que la vieja plaza se reencontrase con un concierto de la Banda Municipal de Cieza bajo la dirección de Ginés Martínez y, sobre todo, se llenase de una imperiosa necesidad de buena música.